Las reuniones son de padres de familia, no solo de madres |
- Tendencia Capital

- 29 ago
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Actualizado: 4 sept

29 de Agosto 2025.- A pocos días del regreso a clases me topé con esta imagen y me hizo reflexionar sobre el papel de los padres y lo superficial que están involucrados algunos en la educación de sus hijos. Énfasis en “algunos” eh!
En muchas escuelas, cuando se convoca a una reunión de padres de familia, en realidad la asistencia suele estar conformada casi exclusivamente por madres. Son ellas quienes ajustan horarios, piden permisos para faltar en el trabajo, buscan con quién dejar a otros hijos o incluso sacrifican parte de sus ingresos para poder asistir.
El problema es que la paternidad, en demasiados casos, se ha reducido a lo largo de la historia, sobre todo en México, a un papel meramente económico. Hay padres que consideran que con pagar la colegiatura, llevar comida a la mesa o “cumplir con lo básico” ya están ejerciendo la totalidad de sus responsabilidades. Pero la educación de los hijos no es solo cuestión de dinero ni mera responsabilidad de la escuela: requiere presencia, escucha y participación activa.
La escuela es un espacio de comunidad donde madres y padres deben involucrarse en conjunto con los maestros. No basta con que las madres carguen sobre sus hombros un doble rol: cuidar, trabajar, limpiar el hogar, tener lista la comida, lavar las ropas, procurar que los niños asistan a sus actividades y además ser las únicas interlocutoras frente a los maestros. Los padres también deben acudir, preguntar, enterarse de los avances y dificultades, comprometerse en las tareas y comprender de primera mano lo que ocurre en el día a día escolar.
La corresponsabilidad en la paternidad y la educación de los hijos, no debería ser un discurso vacío, sino una práctica cotidiana. La educación de un hijo es un trabajo compartido y la presencia de los padres en reuniones escolares también transmite un mensaje claro: “Hijo me importa tu vida, me importa tu futuro, estoy contigo”.
Porque las reuniones son de PADRES de familia, no únicamente de madres. Y mientras esa visión no cambie, seguiremos perpetuando un modelo injusto y desbalanceado que afecta no solo a las mujeres, sino sobre todo a los niños y sus sentimientos que al crecer perpetúan en un ciclo de nunca terminar en el que se repiten estas conductas que laceran familias enteras.






















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